Xisco, el que se queda de mosquetero

Xisco, el que se queda de mosquetero

Con la irrupción de Canales y la acertada decisión de Portugal de variar el dibujo racinguista del 4-4-2 al 4-2-3-1, lo del ataque verdiblanco se asemeja al grito de unión y compromiso de los mosqueteros de Alejandro Dumas: "Uno para todos y todos para uno". Sólo hay un puesto para ocupar la demarcación de delantero centro, y tres atacantes pugnan por él: Tchité, Geijo y Xisco. Hoy en día, casi nadie duda que el mallorquín es el que mejor pinta tiene de los tres, que es el que más pólvora y peligro lleva a la portería contraria. Tchité ha ido diluyéndose de forma alarmante y Geijo no tiene gol. Tan simple y triste como eso, porque nunca en su carrera se caracterizó por tener unos números brillantes en ese sentido. Hace todo bien, salvo la definición.

Xisco, en cambio, ya sólo con su presencia merodeando el área atemoriza al rival. Clase tiene, como pudimos ver en el gol que marcó al Salamanca nada más saltar al terreno de juego en los dieciseisavos de Copa. Y físicamente tiene que ir a más. Que le respeten las lesiones, porque si no el panorama sería desalentador. Es que no habría por dónde tirar, dada la racha de los otros dos cara a portería. Habría que esperar a Iván Bolado, que por fin está a puntito de ver la luz al final del túnel. Pero vamos, que la dupla Xisco-Canales puede conectar a la perfección, aunque sea con los papeles invertidos, como en el partido de la semana pasada en Sevilla, donde el delantero asistió perfectamente a la perla para deleitarnos con ese golazo. ¡Ojalá se repita!