A Palop le falta un minuto

A Palop le falta un minuto

Honores al Getafe de Míchel, que rozó su tercera final en cuatro años con una propuesta estupenda que tendrá o no premio en el futuro porque así de arbitrario es el fútbol. Pero ilusiona. De momento, el aplauso. Y honores, por supuesto, al Sevilla, que jugará su séptima final de Copa en 104 años y medio de historia. Alcanza esta sin el esplendor de otras ni un fútbol redondo. Pero todos saben lo difícil que es estar en una final y el Sevilla se la ha cocinado: fue el primer equipo en tumbar al Barça año y medio después en una eliminatoria, salió por la puerta grande de Riazor y sobrevivió a la tormenta del Getafe, del que por algo debió decir Guardiola que es el equipo que más le ha discutido la pelota en la Liga. Del Nido se quitó el sombrero.

Claro que esta es la Copa de Andrés Palop, el portero que pierde un kilogramo por año porque quiere alargar su carrera hasta el imposible. El portero humilde que le pide un autógrafo a Casillas porque su hijo es de Iker. El portero que atrapó media Copa en los octavos ante el Barcelona y ayer mordió un trocito más. El portero que vivió a la sombra de Cañizares y que huyó de Valencia y encontró su segunda tierra en Sevilla. El que marcó un gol imposible en Donetsk que fue pasaporte a la final de Hampden, final que remató en los penaltis. Definitivamente, uno de los 23 héroes que levantó la Eurocopa con la camiseta de Arconada, la que nos hizo llorar en París 84. Palop, este héroe del sevillismo, nunca jugó un minuto con la Selección...