No se hacen encuestas de esta índole, pero la masa social colchonera no tiene en excesiva estima a Jesús García Pitarch y, aunque la figura de director deportivo tampoco es excesivamente relevante para los socios del Atlético de Madrid, en líneas generales, tampoco aprueban su gestión. Y eso que ha cumplido objetivos y el Atlético se ha clasificado para las dos últimas Liga de Campeones y el equipo se ha metido en la final de la Copa del Rey y en cuartos de final de la Europa League. Estos últimos logros se han conseguido, por cierto, desde que Enrique Cerezo se hiciera máximo responsable de la parcela deportiva a principios de otoño. Esa cohabitación del presidente con el director deportivo extraña sobremanera a los consejeros del Atlético que no alcanzan a comprender cómo Cerezo ha mantenido a Pitarch en su cargo y como Pitarch ha aguantado con Cerezo como jefe, tras los desencuentros evidentes y casi públicos del presidente con el director deportivo en los últimos años.

Pitarch se garantiza la renovación por contrato si el Atlético se mete en Europa. Produce morbo saber cómo afrontará el director deportivo la eliminatoria ante el Valencia cuando en discusiones futbolísticas de los últimos meses ha antepuesto su condición de accionista del Valencia a la de máximo responsable deportivo del Atlético. Y en este punto surge una reflexión. ¿No existe en el entorno atlético un Jorge Valdano? ¿No hay un atlético que sepa mandar los mensajes que demandan los atléticos, que sepa conectar con su masa social y se imponga al doble discurso de la bicefalia que gobierna el club? Desde luego ese hombre no es Suso. Y sí hay un Valdano del Atleti. No es argentino. Es jerezano...