La mano de hierro del chileno

La mano de hierro del chileno

Lass Diarra probó ayer la medicina que Pellegrini dispensa a los díscolos. Cual maestro escuela, el chileno castiga a los alumnos gamberretes que hacen una travesura. Eso sí, no es un profe rencoroso y levanta esos castigos y vuelve a utilizar a los futbolistas, toda vez que han aprendido la lección. Sucedió con Granero, Guti, Gago... Incluso con Metzelder, a quien ayer perdonó por la debacle de Alcorcón y que cumplió, como siempre. Pellegrini intentará que Lass vuelva al redil en lo que queda de Liga, por más que al francés no le guste jugar donde le pone el entrenador y por más que su futuro pase por un traspaso cantado (¡en eso el míster no tiene que ver!).

En el escaparate público que es el Madrid, la imagen de sus técnicos se puede distorsionar (desde fuera y desde dentro) y proyectarse a los aficionados de manera distinta a como actúan. Para bien o para mal. A Pellegrini se le ha llegado a presentar como un pelele que no pinta nada en el club, como un mero alineador, como un tipo manejable. Pero ha demostrado que toma decisiones con mano de hierro. Y está a tres victorias del récord de Miguel Muñoz. Casi na.