Se mira mucho el ombligo

Se mira mucho el ombligo

El baloncesto lleva muchos años en las mismas manos. Así nos va. Jordi Bertomeu se inventó una Euroliga que sonroja en las audiencias televisivas por su falta de interés. Una competición que no ha conseguido en sus diez años de historia que el Madrid haya jugado una sola Final Four, demuestra su falta de inteligencia. Si el equipo que arrastra más pasiones y seguimiento mediático ni pincha ni corta, es que algo se ha hecho muy mal. La Euroliga debería mirarse menos el ombligo y dejar a la ACB mejorar su producto, que tampoco engancha al personal...

Si quitas a cuatro equipos de la Liga ACB no resolverás el problema y dejarás chafadas a cuatro ciudades que tienen en este deporte una alternativa válida y sana ante el todopoderoso fútbol. La cuestión no es de número sino de números. Se pagan burradas por un inútil (los 2,2 millones que cobraba Papadopoulos todavía me acuchillan el alma) y se sustituyen jugadores durante la temporada como si fuesen kleenex. Tampoco es lógico que el Barça se gaste una pasta en Ricky Rubio para que en un máximo de dos años se vaya a la NBA. Bertomeu y Portela deberían asumir la realidad. Con ellos, el baloncesto no tira