Son las once y cuarto de la noche, estoy quemadísimo y se me vienen mil argumentos para desahogarme y arremeter contra todo que ni sé por dónde empezar. El ridículo ha sido tan espantoso que es duro buscar algo positivo tras el esperpento. Pero claro, esto sale a la luz hoy jueves y se supone que uno está más reposado y sereno para verlo con algo más de perspectiva.

Pero me voy a permitir esa licencia. No entiendo cómo Portugal está entrando en una espiral autodestructiva cada vez más profunda. Que siga jugando Morris en el Racing es una mala broma, pero no es culpa de él, sino de quien le pone. Tres veces le situaron de lateral y tres veces le tuvo que quitar Portugal porque le expulsaban; ayer no estaba Oriol para sustituirle y, claro, le echaron. Que el equipo sepa que la mejor virtud del Sevilla es la velocidad y que en el primer minuto la línea defensiva esté en el centro del campo y te pillen en una contra es de chiste. Que Pinillos sea el cambio en el descanso para que salga Tchité y Lacen ocupe el lateral es inaudito: Pablo había secado a Navas, era el mejor del equipo, los goles del Sevilla llegan desde la otra banda... Resultado, que Navas marca de cabeza con Mehdi en el segundo palo sin saltar. Deplorable.