Cuatro horas de baloncesto

Estuvo José Luis Sáez, presidente de la Federación Española de Baloncesto, en AS. Fueron cuatro horas hablando de baloncesto, y sólo el Betis, su Betis, robó unos minutos a la charla. Cuatro horas que dieron para mucho, aunque casi todo girara en torno a la Selección. Lógico, es su Selección, campeona del mundo nada menos y que en dos meses y medio pondrá en juego su título. Vimos a Sáez con los pies en el suelo, es decir, consciente de las enormes dificultades que va a haber para ser de nuevo campeones, pese a que tenemos la mejor generación de jugadores de la historia. Y no es sólo por la presencia de EE UU; Turquía o Rusia quizá esperen en el primer cruce; luego, Argentina o incluso EE UU. Y aún no estaremos en semifinales.

Quiere decir esto que no basta con tener un gran equipo, aunque falte Pau Gasol; también hay que tener en cuenta la categoría de los rivales, que la tienen y mucha. Por eso hace bien Sáez en desprender cautela, lo cual no está reñido con creer firmemente en las posibilidades de la Selección. Lo que me sorprendió en el repaso al estado del baloncesto que hizo, fue su tono conciliador con la ACB. Después de haber sido durante años uno de sus azotes, ni una sola crítica hacia una competición que sigue tan plana como antes. Algo se trama. O bien, Sáez es consciente de su papel de pacificador que adoptó en el conflicto de los árbitros. En ese caso hay que elogiar su responsabilidad. Sáez, al fin y al cabo, es un gran presidente.