El suicidio de Inglaterra

El suicidio de Inglaterra

Disciplina sin humor. ¡Pobre Fabio Capello! Tanta disciplina táctica, tan poco sentido del humor, tanto esfuerzo para exterminar la fantasía en el fútbol para reducir al mínimo el riesgo y, ¿qué le pasa? Pues algo que no se puede contabilizar, que jamás podría haber entrado en sus múltiples planes de contingencia. Que su equipo le regalara un gol al rival. Pero regalar de verdad. Toma: para ti...

Fallo. El error del portero inglés, Green, en el empate con EE UU fue de tal magnitud -tan impensable en una selección como la inglesa en el torneo más importante -que apenas hubiera resultado más extraño que Rooney de repente estrellara el balón, adrede, en propia meta. Hala, para que se ponga más interesante el partido.

¿Qué hacer con Green? Lo fascinante va a ser ver qué hace Don Fabio ahora. ¿Lo manda matar, a dormir con los peces o, como a veces hacían los antiguos emperadores romanos, para demostrar su poder sobre la vida y la muerte, le perdona? Y si le vuelve a poner de titular y la caga otra vez, ¿qué hace? Se corta las venas.

Feo y sin orden. Lo más dramático es que, Inglaterra, la gran candidata de Del Bosque, no pudo ganar a EE UU, que en el centro jugó de tú a tú contra Gerrard y Lampard todo el partido. Y juegan feo, y encima sin mucho orden. Si ganan el Mundial todos deberíamos pegarnos un tiro. O al menos pensarlo.