El partido de nuestra vida (2ª parte)

El partido de nuestra vida (2ª parte)

Llegó el gran día. Superado el primer partido de nuestra vida, llega la segunda parte. Si la semifinal ante Alemania era el encuentro más importante que jamás había disputado un internacional español, nuestros 23 jabatos, con Del Bosque a la cabeza, afrontan hoy el encuentro más importante en la historia del fútbol español. España juega para meterse en el selecto grupo de campeones del mundo que hoy se ampliará al G-8. Gane España o venza Holanda, una nueva selección se unirá a Uruguay, Italia, Brasil, Inglaterra, Alemania, Argentina y Francia y podrá presumir de ser campeona del mundo.

España no quiere dejar pasar su primera oportunidad. Holanda llegó a contar con dos consecutivas en el 74 y en el 78 y la Copa del Mundo se le fue después de acariciarla con el fútbol total de aquella prodigiosa Naranja Mecánica de Cruyff. Y han pasado treinta y dos años para que los tulipanes vuelvan a meterse en otra final. Por ello, los españoles saben que no pueden dejar escapar este tren. El juego de aquella Holanda merecía un campeonato y nunca lo consiguió. El fútbol imperial de La Roja, esa poesía balompédica, también merece ser coronado campeón del mundo. Ese juego maravilloso corteja a la copa y nos encontramos efervescentes, ansiosos, ilusionados, emocionados, esperanzados, impacientes. Es el sueño de un país en el que converge el bisabuelo de 80 años, el abuelo de 60, el padre de 38 y el hijo de 2. Cinco generaciones de españoles que han vivido el fútbol en la piel de toro soñaban con este día. Ha llegado. Y estos fenómenos nos van a hacer muy felices.