Nuevo día de nervios. El Saxo Bank de Andy Schleck conoce perfectamente cuál es el talón de Aquiles de Alberto Contador y ha empezado a buscarle las cosquillas. Saben que el madrileño, con el Astaná, no tiene equipo para defenderse en el llano e intentaron montar un abanico para descolgarle y meterle una minutada. A poco menos de 20 km para la meta, se pusieron cinco rodadores del Saxo a la cabeza del pelotón e imprimieron un ritmo impresionante durante unos diez kilómetros. Suerte que el viento no sopló lo suficiente, pero aun así el grupo se cortó. Vimos a Contador atento en los puestos de arriba, aunque pasándolas canutas para no perder contacto. Alexander Vinokourov le echó una mano en lo que pudo, pero eso no le evitó pillar un tremendo estrés, mientras que Andy iba en butaca, bien resguardado por sus compañeros. Y esto sólo es el primer aviso. Está claro que el Saxo Bank lo va a volver a intentar a la mínima ocasión que se le presente. Tiene un gran equipo para ello, mientras que a Contador le faltan al menos dos gorilas para guardarle las espaldas en los problemas que generan etapas de llano.

Me parece perfecta la decisión de descalificar al australiano Renshaw. No esperaba otra cosa después de verle dar cabezazos a Dean e incluso cerrarle el camino después a Farrar. El Tour no puede permitir maniobras tan marrulleras como éstas, y menos en un sprint, donde se pueden provocar caídas con los corredores lanzados a más de 70 kilómetros por hora.