Primer partido del nuevo ciclo, que viene a ser el mismo, porque el equipo es el mismo. Del Bosque hizo muy poca renovación del equipo de Luis, porque apenas la necesitaba (Piqué, Busquets, más tarde Pedrito...) y con los mismos que ganó el Mundial afronta la Eurocopa. Ante la debilísima Liechtenstein, Del Bosque hizo lo correcto: sacar lo mejor, sacar a los mejores. No hay mayor respeto a un rival débil que presentarse ante él con lo mismo que ante cualquiera. Liechtenstein, como era de esperar, se parapetó en torno a su portero, que aguantó el bombardeo y se llevó cuatro. Ni demasiados ni pocos. Una goleada discreta.

Lo que sobrevivió un partido más fue el record de Raúl de 44, porque Villa se quedó en uno, o sea, en 43. El segundo se le fue al larguero. A cambio, el Niño Torres igualó a 26 a Butragueño. El Madrid está cediendo peso en la Selección y eso se nota también en estos números históricos. Raúl, ya se sabe, tiene más vidas que Rasputín, pero ese gol que le separa de Villa se esfumará pronto. En Argentina, o en el siguiente, o en el siguiente al siguiente. Pero Villa adelantará a Raúl y más tarde pasará, seguro, los cincuenta, y dejará un récord tremendo. Su promedio ya es en sí mucho mejor que el de cualquiera que no sea de tiempos remotos.

Por lo demás, da gusto ver jugar a España, ver con qué calidez trata el balón, cómo lo desliza de aquí allá, con paciencia, para abrir huecos. Ante rivales buenos, menos buenos y malos. Nadie duda a estas alturas que este grupo será un paseo, aunque a Del Bosque no le gustará leerlo. La que sí va a ser una prueba será la del martes en el Monumental, ante Argentina. Aquellos ya nos pegaron en el Calderón y allí tratarán de resarcirse de su mal Mundial metiéndolo todo en este partido. Y en su caso, meter todo es sobre todo meter la pierna fuerte. El partido y el viajecito se las van a traer pero, en fin, como estamos buscando votos...