...Y todo gracias a Suso

...Y todo gracias a Suso

Hace apenas un año, David de Gea era el cuarto portero del Atlético, defenestrado por Suso García Pitarch. El director deportivo se pasó todo el verano de 2009 presionando al portero para que se marchara cedido, bien al Numancia, bien a Las Palmas. De Gea y sus agentes no aceptaron la cesión a Segunda. Y cuando concluía el plazo de fichajes, como el director deportivo seguía empeñado en cederle, sus agentes encontraron en el Wigan de Roberto Martínez un destino bueno para que se marchara cedido. Entonces, Pitarch cambió su idea y se negó a cederle a un equipo que pagaba 400.000 euros en caso de que el guardameta no disputase un mínimo de 20 partidos en la Premier League, alegando que no hacía negocios con los chicos de la cantera. Cuando el negocio era para el Atlético y era una oportunidad de seguir creciendo para su canterano. Aquella decisión de Pitarch fue inexplicable por la actitud con la que la tomó, por irracional y arbitraria. Deportivamente no se sostenía y suponía un frenazo para la fulgurante carrera del entonces internacional juvenil, que partía por detrás de Asenjo, Roberto y Joel, según jerarquía establecida por Suso.

Pero no fue así. Aquella decisión de Suso fue clave para que De Gea cumpliera su sueño de ser el portero del Atleti. Además de ser uno de los artífices de los dos títulos logrados por el Atleti (al menos así se desprende al verle cual jugador en las fotos de las celebraciones), también hay que colgarle a Suso la medalla de que el Atleti cuente con el portero de moda y con mayor futuro de Europa. Nada tuvo que ver Santi Denia al ponerle de titular por primera vez, contra el criterio de todos (también el de Suso), en el único partido que dirigió cuando cesaron a Abel. Ni la sugerencia de Cerezo de que jugara la Copa. El boom de De Gea es gracias a Suso.