Siete goles. O sea: el Madrid no se rinde

Siete goles. O sea: el Madrid no se rinde

El partido del Bernabéu empezó tontorrón, con sensaciones flojas. Quizá el estruendo provocado en la víspera por Mourinho, quizá más bien ese gol de Messi en Valencia, donde el Barça coronó alegre y con buen pedaleo el primer gran puerto de su etapa reina. Y es que con eso el Madrid se levantaba a diez puntos del Barça, caray. De ahí la modorra inicial, que permitió incluso que el Málaga diera buena impresión. Pero fue un espejismo: este Málaga está mal. Dos regalos defensivos encendieron el ánimo al Madrid, que a partir de ellos se volcó, como una riada, hacia un triunfo espectacular.

Buena noche de Benzema, con dos goles muy elegantes, como todos los suyos, y un aire en general suelto y animoso. Por primera vez tuve la impresión de que puede cuajar. Y tres goles de Cristiano, cuyo conciliábulo con Mourinho en la banda, con el entrenador mostrando tres dedos interpreté como: "Si marcas tres te vas, ¿vale?". Para cuando marcó el tercero ya no había cambios y aun así se tuvo que ir, levemente lesionado. ¿Cómo de levemente? Con estos tres goles empata a Messi en la tabla de pichichis (veintisiete) pero habrá que ver cuál será el coste para Cristiano de esta carrera.

Más seria pareció la lesión de Cala, otra mala noticia para este Málaga que sufre una plaga. Y no tuvo ni el consuelo de escuchar una disculpa de Mourinho, cosa que se esperaba por un rumor lanzado desde el club. Pareció intentarlo, pero no le salió. Se volvió a enredar con lo de la hipocresía, que confunde con tacto. Y eso que ayer tenía dos cosas que celebrar: una, los siete goles; otra, que la Liga planea permitir a nuestros representantes en Champions jugar el viernes las jornadas previas a semana europea, a partir de cuartos. Como en Francia, el ejemplo que él puso. Hablando se entiende la gente.