El villarato ha agrandado la brecha

El villarato ha agrandado la brecha

No tengo ninguna duda de que el Barça es el mejor equipo que hay, no digo ya en España, sino en cualquier parte. Quitarle la Liga es imposible. El Madrid lo ha intentado hasta donde ha podido y ya pierde la estela, antes de lo previsto. Ocurrió anteanoche, cuando Piqué tras ayudarse con la mano marcó un gol que valía dos puntos. Suerte con el árbitro. Antes al Madrid le había faltado esa suerte. Marcó nada más empezar pero se lo anularon porque el balón había salido antes según el linier, cosa que las cámaras no me demostraron. Luego hubo una mano de Lora que no vio el árbitro y sí mucha gente y las cámaras.

Eso es lo que yo llamo villarato: en caso de duda, para allá y no para acá. Y hasta sin tanta duda. Una vez tras otra eso produce un efecto benéfico en un equipo, en su ánimo, en el confort de su juego y en su confort en la tabla. Y al revés en el otro. Ya sé que me pongo pesado con esto, pero es que llevo temporadas viéndolo (he llegado a ver que a Rodríguez Santiago le dieran la final de Copa nada más conceder un gol de Messi con la mano) y me parece justo consignarlo. Este campeonato estará en buenas manos cuando lo coja el Barça, pero el Madrid estaba para pelearlo hasta el final. Y no será así.

Y, dicho sea de paso, me desagradó el asunto del dopaje, una insinuación sin base que, aunque ya rectificada, sirve de alimento a las manías persecutorias del Barça. No tengo la menor sospecha de que el Barça se dope y de hecho los estudios demuestran que suele correr en cada partido menos que su rival, por su buen juego. No hay dopaje, pero sí hay villarato y no me mezclen una cosa con la otra. Y el Barça no va a ganar la Liga por eso, pero sí ha agrandado la brecha antes de tiempo y más de la cuenta. Al menos, quedan dos territorios en los que aún se enfrentarán Madrid y Barça. Esto no se ha acabado.