Vaya por delante que Eduardo Portela es una persona fundamental en la historia del baloncesto español, que le debe mucho más de lo que jamás le podrá devolver. Por eso, llegados a estos momentos complicados, sólo cabe esperar que todo se haga con la más alta dignidad. Sin embargo, es evidente que la ACB necesita cambios. Si la asistencia a los pabellones ha aumentado es que el producto es atractivo, pero no podemos engañarnos: las audiencias no son buenas y es en las televisiones donde reside el sustento de la competición. Algo no se estará haciendo bien cuando el telespectador no se engancha.

Ese es el gran reto al que se enfrentará quien asuma el poder: ¿qué hacer para reenganchar a la audiencia? No soy un experto en el tema, pero algunas cosas sí que se me ocurren. Para empezar, replantearse el modelo de competición, recuperando la liga regular clásica, preferentemente con menos equipos. Es la única manera de que las aficiones se interesen por aquellos partidos en lo que no juegan los suyos. Al menos, hay que probarlo y ver si funciona. Si no, para volver a los playoffs siempre habrá tiempo. En cuanto al problema del menor atractivo del actual estilo de juego, con marcadores bajos, me reservo mi opinión por pudor. Al fin y al cabo, todo el mundo sabe que fui un pésimo entrenador...