Blatter, la FIFA, la cueva de Alí Babá

Blatter, la FIFA, la cueva de Alí Babá

Blatter sigue, pero entre la sensación ominosa de que algo huele a podrido en la FIFA. Antes de presentarse a esta reelección hizo algo sin precedentes: provocar la adjudicación de una misma tacada de dos Mundiales, los de 2018 y 2022. Se presentaron bastantes países, entre ellos España al de 2018. Ganaron Rusia y Catar, dos países sumamente ricos gracias al petróleo. Crecido por el éxito, el catarí Bin Hamman decidió presentarse a este elección contra Blatter y éste le dijo catarí que te vi. Y le apartó con una ráfaga de acusaciones de soborno para obtener ese mundial. ¡Si lo sabría él!

Bueno, pues ahora Blatter es presidente sin oposición, pero tenemos un Mundial 2022 que oficialmente ha sido obtenido con malas mañas. Así que es lógico que Inglaterra (que salió perjudicada) y otras voces clamen porque se repita la elección. A nosotros nos convendría que se revisara, porque podríamos presentar candidatura, ya que nos quedamos sin el 2018. Pero, ¿merece la pena reclamar? Teniendo en cuenta que Villar, ese lince, había llegado a un acuerdo de intercambio de votos con Catar para 2018 y 2022 (del que, encima, luego salió escaldado) casi que mejor lo dejamos todo como está...

En fin, para lo que ha servido esto ha sido para que ese sanedrín de gentes que dirige el fútbol quedara definitivamente retratado. Aquello se ha desnudado por fin como la cueva de Alí Babá, con un nivel de corrupción comprobada que excede toda comprensión de las debilidades humanas. Gente trepa que se instala ahí, se atrinchera en el limbo jurídico suizo y administra una pasión universal como un tahúr que maneja un mazo de cartas marcadas. Hace tiempo que sabemos todos que eso es así, pero verlo en tan estrepitosa desnudez hiere. Y yo no sé si esto pasará sin consecuencias.