A las diez de la mañana encendí el móvil y ya me habían entrado media docena de mensajes alertándome de la buena nueva. "Tomás, no te pierdas el golazo que le metió anoche Neymar al Flamengo. Dará que hablar". Encendí el portátil lleno de inquietud y me metí en AS.com para saber si mis colegas habían exagerado. Vi repetida la acción del mohicano y me quedé con la boca abierta. Un golazo digno de un futuro número uno mundial. Si con 19 años un futbolista es capaz de meter un gol tan lleno de calidad, improvisación, talento y descaro, es que efectivamente estamos ante un jugador que puede marcar una época.

Eso es precisamente lo que quería Florentino y de ahí la apuesta que para muchos sigue pareciendo arriesgada. Neymar tiene pinta de poder convertirse en el Mundial de Brasil en 2014 en el mejor jugador del planeta. Y ahí tiene que estar posicionado el Madrid para disputarle la hegemonía futbolística al Barça, uniendo a este crío y su cotizada cresta al plantillón que ya tiene bajo su mando el comandante Mourinho. Con goles así, a muchos se nos empiezan a disipar las que teníamos con el menino del Santos...