El próximo 15 de mayo se cumplirán diez años de la volea paradisíaca de Zidane y las paradas milagrosas de Casillas que permitieron al marsellés y al Gato de Móstoles compartir la portada de AS en aquel San Isidro inolvidable. Iker era un niño de 21 años y lloró como tal, pero una década más tarde enfoca la vida con serenidad y madurez. Junto a Sergio Ramos, Albiol y Arbeloa quiere sacarse el título de director deportivo. La cuestión es saber qué perfil busca. El institucional y cuidadoso del mensaje que representa Valdano, el cañero y managerizado con plenos poderes de Mourinho o el de florero de lujo que se tiene ganado el respeto por haber sido una celebridad con botas (Zidane).

A Casillas le veo con un ojo puesto en la Décima y otro en su futuro más allá del fútbol en activo. Pero hasta que llegue ese triste momento del adiós, aún tiene contrato hasta 2017, sus paradas nos harán soñar de nuevo con aquel crío imberbe que fue capaz de ganar la Octava en París con sólo 19 añitos. El madridismo anhela ver su foto levantando la Champions en Múnich, para unirla a esa colección única en la que ya luce con el Mundial, la Eurocopa y la Copa. Para ello hay que empezar ganando hoy al Lyon y asegurar la clasificación. Ojo a estos franceses. Ya me dejaron sin cenar varias veces...