La competición no engaña y la falta de gol de un equipo con siete delanteros (Lorenzo Serra Ferrer dixit) se paga. Este Mallorca necesita un milagro o un penalti (le han pitado cuatro) para marcar goles y teniendo en cuenta que los milagros no existen y que no te van a pitar uno cada día, aunque lo llegó a parecer, las carencias salen a la luz. De once partidos, el Mallorca sólo ha ganado dos y se ha instalado atrás en la tabla junto a Real, Zaragoza, Sporting, Racing, Granada y Getafe.

El Mallorca de los líos ha sumado cuatro de los últimos 24 puntos y semana a semana es más noticiable lo que pasa en los despachos que lo que hace en el campo. Es verdad que ante el Sevilla el juego mejoró pero la falta de gol solo te garantiza el 0-0 si eres capaz de defender mejor de lo que atacas. El Sevilla fue inofensivo, pero eso tampoco se repetirá con frecuencia por lo que Caparrós tiene que conseguir que los suyos afinen la puntería o pensar ya en el mercado invernal, muy limitado para el estado económico del club. Ya tienen al cedido Ogunjimi, aunque está lesionado y cuando juega no aporta demasiado al Genk en la liga belga. Goles son amores, y este Mallorca no enamora a nadie.