El capitán. Las eliminatorias sudamericanas son un mundo aparte. No es lo mismo brillar en el Camp Nou, en el Bernabéu, en Old Trafford o en el Giuseppe Meazza que en campos donde en cualquier momento te marca un elefante. Cualquier futbolista lo reconoce y Lionel Messi, ya avezado en la materia, se plantó como nunca antes se había plantado con la selección argentina.

El genio. El desafío de Leo es cargar sobre sus hombros un equipo a la deriva, que cambia de técnicos y de tácticas como cualquier persona de medias. Tras un papelón con Bolivia (1-1), Argentina llegó a la infernal Barranquilla a defenderse y entre el 0-1 del primer tiempo y el desahogo por el 2-1 final hay una explicación: Messi.

El 10. Y atención que Messi no tuvo una de esas actuaciones que en Buenos Aires se ven por televisión. La pantalla chica trajo tres estiletazos de un Leo valiente, líder y ganador. Tres estiletazos que impidieron que Argentina quedara fuera de los puestos de clasificación para Brasil 2014 hasta el próximo partido, que se jugará en siete meses.

Heridos. Esta doble fecha de partidos de eliminatorias para Brasil 2014 dejó a Demichelis casi fuera de la selección por su error con Bolivia y la rechifla de todo el Monumental. Es más, cuando Burdisso se rompió los ligamentos a la media hora de Colombia, no ingresó Micho y sí el veterano Desábado, un cacique de Estudiantes.