Prohibido hablar según con quién

Prohibido hablar según con quién

Mourinho habló en la BBC, Coentrao lo hizo en Record (largo y tendido) y Casillas en la web del Real Madrid. Sus declaraciones se recogen en este diario sin que se nos pueda acusar de molicie navideña. El entrenador no concede entrevistas y a los jugadores no les está permitido hablar. Al menos, en España. Kaká habla en Brasil, Özil en Alemania y los argentinos en Argentina. También Messi actúa así, por cierto. O la prohibición pierde vigencia al abandonar nuestro país o a los personajes mencionados les gusta hablar con sus seres queridos y nosotros no estamos entre ellos.

Algo se nos estropeó en el fútbol cuando los departamentos de prensa de los clubes (inspirados por sus superiores y con algún deleite, en bastantes ocasiones) pasaron de canalizar la información a controlarla. En lugar de facilitar y racionalizar el acceso de los medios a los jugadores, estos departamentos no sólo han terminado por hacer sus propias entrevistas (y fotografías), sino que las han convertido en exclusivas (por excluyentes, no por peleadas). Para evitar la tentación de decirnos qué debemos preguntar, ahora preguntan ellos. Y, claro, son tan incisivos como un Nenuco.

La idea de que los periodistas son perjudiciales para la salud la desmontó Del Bosque al ganar el Mundial practicando la paz y el buen rollo. La estrategia contraria tiene el poder de fijar un enemigo permanente que contribuye a que algunos grupos cierren filas. Cualquier librillo es respetable, hasta el que alimenta fantasmas. Lo raro son estas normas que penalizan al periodista cercano para premiar al paisano, mucho menos canalla, como todo el mundo sabe.