Por ellos. "También les agradezco a los jugadores de la selección", dijo Messi vestido de fiesta y con el tercer Balón de Oro en sus manos desde hacía segundos. Fue lógico el reconocimiento a Xavi (lo mereció hace un año) y compañía, pero pareció una caricia a futuro el mensaje para sus compañeros del seleccionado argentino: mucho no lo ayudaron últimamente dentro de una cancha.

Por todo. "Ganar el Mundial es el único sueño que me falta", fue otra frase de Leo y se transformó en música para los oídos de millones de fanáticos argentinos. Maradona tenía 26 años cuando fue el héroe en México 86 y Messi tendrá ya los 27 cuando vaya por ese sueño en Brasil 2014. Para conseguirlo, Argentina le reza sólo a él.

Por él. "Antes de retirarme quiero jugar en mi país", también comentó el mejor del mundo. En ese país en el que aún hay gente (cada vez menos) que lo mira de costado por no haber jugado en ningún equipo local. Ahora bien: ¿cuándo sería? ¿Alguien imagina a Messi fuera del Barça? Todo es posible, pero suena a cuestiones de otro siglo.

Porque sí. Son tres declaraciones de Messi que pueden sonar demagógicas pero no lo son. Tal vez por primera vez se siente casi tan querido en su tierra natal como en la adoptiva. Lo sintió de manera profunda cuando viajó a pasar las fiestas navideñas. Y dijo lo que dijo porque lo siente.