El último partido de Liga del Atlético en el Calderón con Manzano fue ante el Betis. El primero de Simeone en casa, frente al Villarreal. Si uno comprueba los onces titulares de ambos encuentros, apenas se aprecian cambios: Miranda por Domínguez (obligado, porque éste estaba sancionado) y Tiago en el puesto de Assunçao. Juanfran ofició de lateral derecho en ambos. El rendimiento fue diferente. El día y la noche. Seguramente porque el nuevo técnico transmite ese carácter que hizo que el equipo tuviera la audacia de la que carecía.

Dicen los entrenadores (Fabri lo recordó el otro día) que los equipos juegan como entrenan. Cierto. Pero habría que añadir que también lo hacen con la actitud que transmite el técnico. El Cholo, de pie, siempre fuera del banquillo del Calderón, les imprimió ese carácter que hizo que Diego fuera pura dinamita en cada arrancada, siempre vertical, y que el resto no hiciera fútbol de cartero, sino que el balón circuló con más velocidad. Puso a los mejores para que explotasen su talento y advirtió a los Miranda de turno que atrás no hay que complicarse lo más mínimo. Se ganó en casa. Falta el examen de fuera. Anoeta y el Reyno son las próximas citas.