Cami y la segunda oportunidad

Cami y la segunda oportunidad

José Luis Pérez Caminero llegó a la dirección deportiva del Atlético de Madrid tras no cuajar la idea inicial de Miguel Ángel Gil Marín. Su responsabilidad en la elección de Gregorio Manzano como sustituto de Quique Sánchez Flores fue máxima. Al aterrizar en el club no se planteó en ningún momento la llegada de Diego Pablo Simeone al banquillo del Atlético. Consultado entonces por la posibilidad de que el Cholo fuera el inquilino del banquillo colchonero reconocía que ni siquiera la contemplaba porque, explicaba sin entrar detalles, el tipo de fútbol que se buscaba con Manzano era muy distinto al que impondría Simeone. Pero la experiencia de Manzano no salió como deseaba Caminero ni todos los atléticos y en diciembre se reconocía el fracaso del proyecto con la destitución el jienense. Llegados a ese punto, y con Goyo destituido tres partidos antes de su salida definitiva, Caminero sí aceptó al Cholo para liderar el cambio. A la segunda sí le pareció bien.

Cami tuvo una segunda oportunidad de elegir a Simeone y sí eligió a su excompañero del Doblete. Aceptó la decisión que le planteaban. ¿Por qué no le eligió a la primera? ¿Entonces no podía liderar un cambio? El proyecto inicial cambió desde su arranque, ya que a Manzano le vendieron que venía de manager general, pero nunca ejerció de tal. Simeone no ha venido como mánager, pero puede acabar siéndolo. Su sintonía profesional con Caminero es buena, pero el desarrollo de los acontecimientos puede provocar que el Cholo mande en toda la parcela deportiva. La clave de su éxito está en que tenga mando en plaza y no deje inmiscuirse lo más mínimo a los dueños en su trabajo. Si lo logra, no le pasará como a Aguirre, Abel o Quique.