Se confirmó el batacazo del Madrid en la Euroliga. Se veía venir desde el momento en que perdió en Bilbao de paliza. El batacazo, en otras circunstancias, abriría una crisis en el baloncesto madridista. La enésima. Porque quedar eliminado en un grupo donde estaba el Siena -gran equipo, pero no el favorito en la Euroliga-, el Bilbao y el Unicaja no deja de ser una gran sorpresa. Pero no. Esta vez no hay que cebarse con el Madrid. Hay equipo y hay proyecto. Hay equipo, porque ahí está la Copa en un partidazo ante el Barcelona y, sin ir más lejos, ahí está la exhibición de ayer anotando 102 puntos en uno de los fortines del baloncesto. Hay proyecto, porque las ideas están claras con Laso: velocidad, ataque e intensidad.

Este Madrid se merece, por tanto, credibilidad. La demostración de Siena la realizó con jugadores que en verano parecían desahuciados. Meter 102 puntos con tan sólo 12 de Carroll y Llull no parece posible. En la Euroliga sufrió un gravísimo despiste, y punto. Tiene la Copa y tiene que ir a por la Liga. Que continúe el espectáculo. En la Euroliga ha dejado paso al Bilbao, que bien merecido se lo tiene. No es injusta su clasificación. En absoluto. Pese a sus siete derrotas en dieciséis partidos. El sistema de clasificación es así. El Madrid sólo ha sufrido cuatro, pero se ve fuera. Al menos se ha despedido con dignidad y sin la preocupación de tener que comenzar de nuevo... aunque por segunda vez tropezara en la misma piedra: el Bilbao.