El triunfo que forjaría el milagro

El triunfo que forjaría el milagro

Lejos de quebrantar su fe, la derrota frente al Barcelona y Turienzo Álvarez ha reforzado al Zaragoza hasta límites anímicos desconocidos en esta temporada. El equipo se siente más fuerte y más convencido que nunca, y acude a Sevilla sin complejos y dispuesto a entregar hasta la última gota de sudor para seguir dando pasos hacia una remontada que puede hacer historia en el fútbol español. El milagro de los milagros exige nada menos que cinco victorias en estos siete últimos partidos, todo un Everest que no deja margen para la contención o la contemplación. "Nuestra salvación pasa por arriesgar". La sentencia de Jiménez, alma y motor de la resurrección del Zaragoza, anuncia una noche para valientes en un escenario especialmente esquivo en los últimos cinco años, una noche para buscar una victoria que transformaría lo improbable en probable, casi en posible.

Jiménez regresa por primera vez a su casa, pero no está, precisamente, para romanticismos. Quiere volverse con los tres puntos y empalmar el domingo otro triunfo frente al Granada. Esas son sus cuentas, tan calladas como carentes de concesiones. Hace un mes y medio ganarle al Zaragoza era el asunto más fácil del mundo. Ahora mismo resulta bastante complicado hasta para el Barcelona.