Foreman contra Foreman

Foreman contra Foreman

En el Allianz Arena se presentaron dos duros fajadores, dos George Foremans que se liaron a mamporrazos desde el primer minuto del partido. La afición del Bayern dirá que reconoce a los suyos, que ese juego de velocidad, de banda, de contraataque es justo lo que ha visto esta temporada y no esperaba nada nuevo. Preguntadles. Pero en Madrid se repetirá que los de Mourinho pueden jugar mejor, que se condujo el balón en exceso, que podría usar los espacios con más inteligencia, que podría tener más paciencia y que tiene jugadores para ello. ¿Hablamos del Madrid que se desea o el Madrid que es? Mourinho, y se vio claro ayer, ha creado un boxeador a lo Foreman, que da duro a la mandíbula, uno que se teme allá donde vaya.

Pero el Bayern se sintió a gusto con la propuesta. Ya se sabe que este Madrid no es un equipo que se preocupe en buscar la superioridad en el campo, sino en llegar cuanto antes al área rival. Es otra manera de ganar, pero una que depende completamente del estado físico de los futbolistas y que elimina algunas de las virtudes de algunos de ellos: se piensa menos, se actúa. Se corre, se presiona, se busca líneas de pase verticales, largas. Hay menos control. Sirve porque se crean ocasiones, aunque se juegue en el Allianz Arena (¿recuerdan cuando los equipos españoles salían del país timoratos? No hace tanto de eso). Y porque se marcan goles. Pero un decibelio menos, una revolución menos en los últimos minutos también le podría haber ido bien.