Boca a las piñas y un arma en el vestuario

Boca a las piñas y un arma en el vestuario

Increíble. La imagen de los jugadores de Boca Juniors, a las piñas con hinchas de Tigre que los habían cargado, es un eslabón más de una cadena de grandes absurdos en el fútbol argentino. Es insólito que una plantilla quede expuesta a la salida de cualquier estadio y no se justifica tal reacción. Si hasta el uruguayo Silva terminó con dos dedos fracturados por golpearle la cabeza a un fanático.

Más increíble. Tras perder 1-4 el clásico con Independiente y ser expulsado, Teófilo Gutiérrez fue insultado y golpeado por sus propios compañeros en el vestuario (con el capitán Saja a la cabeza). El colombiano sacó un revólver de juguete para amedrentarlos. Un arma de esos que usan los niños, pero éste es un juego de profesionales millonarios.

Coco. El clásico de Avellaneda y ese vestuario desmadrado marcaron el final de Alfio Basile en Racing, menos de cinco meses después de reemplazar a Simeone. Para el único entrenador que dirigió a Diego Maradona y a Leo Messi es el final de su extensa carrera en el club de sus amores. Un amor que, como tantos, se diluye y termina muy lejos del ideal.

Vueltas. El 1-4 también significó el final de Gutiérrez en la Academia. El que se interesó rápidamente para tenerlo en la Copa Libertadores es Lanús, pero sus propios jugadores no quieren verlo ni en figuritas al goleador colombiano después de un partido del año pasado. "Es un tarado", llegaron a descalificarlo.