El retrovisor del Madrid es una gozada cuando toca hablar de los Clásicos del Camp Nou. Aquella manita de los años 60 con Amancio de figura, el 0-2 de 1980 con tu gente rendida a Cunningham o el golazo-vaselina del cisne Zidane en las semifinales de la Champions de 2002. A pesar de que vuestro gurú (Guardiola, tu beatificado ídolo) volvió a ponerse ayer la piel de cordero anticipando que hoy puede quedar la Liga finiquitada (pese a creer justo lo contrario), los madridistas sí que tenemos razones sinceras para ser optimistas por convicción y no por estrategia parapsicológica.

La última vez que acudimos a vuestra guarida con cuatro puntos de ventaja os dimos pa'l pelo (22-12-2007). Nos entrenaba Schuster, enorme en su primer curso. Ronaldinho se pasó la semana profetizando en los chiringuitos de Sitges los goles que nos caerían (más o menos, como ahora con Alves y Piqué). Pero el AS metió a Baptista dos días antes en una jaula con tigres y ahí se cimentó el espíritu de la victoria. El brasileño de los músculos de acero firmó el golazo del orgasmo (0-1). Nos pusimos siete puntos arriba y, ¿sabes cómo acabó esa Liga? ¡Con Pasillo, baño y goleada: 4-1!

La Bestia silenció el Camp Nou, como lo hizo hace trece años mi Raulito con ese gesto que ocupa las paredes de cientos de peñas madridistas de toda España. Raúl os calló en 1999 y Cristiano lo hará esta noche. El portugués empezó a dibujar su ruta hacia la gloria señalándose el escudo ante el Sporting. El Camp Nou será su próxima parada feliz.

Por cierto, me dice Toñín El Torero que le habéis cobrado 89 euros por la entrada... ¡uno menos de los 90 que les sacasteis a los míos en el duelo copero de enero! Ya sé que para vosotros la pela es la pela, pero bajar un euro suena a pitorreo. Da igual. Esos 500 valientes lo pasarán bomba...