Ni Madrid ni Barça: Atlético y Athletic

Ni Madrid ni Barça: Atlético y Athletic

¡Bravo! ¡Habrá final española en Europa! Lo certificó Llorente con su gol agónico al final del partido de San Mamés, donde se vivió otra noche plena, hermosa, de fútbol grande, otra más de las de este curso inolvidable en el que el Athletic ha vivido emociones nuevas. Nunca vi un Athletic tan bueno como este. Quizá lo hubo, pero no alcancé a conocerlo. Este tiene todo lo mejor de sus esencias clásicas, el nervio, la personalidad, la identidad territorial, pero además tiene un fútbol de alta escuela que merece el premio de estas dos finales, una en España y otra en Europa. Bielsa lo ha hecho.

Tendrá enfrente a su propio hijo, el Atlético, nacido de un esqueje plantado por el Athletic Club en la capital ya hace más de un siglo. De aquella sucursal salió un club que en pocos años adquirió personalidad propia, mezcla de casticismo madrileño y vocación antisistema. Un club diferente, al que nunca sabemos dónde situar, si en el malditismo o en el éxito. Lo mismo baja a las mazmorras que sube a los palacios. Ahora desafía en Bucarest a su progenitor, después de otra temporada de toboganes, en la que estuvo como siempre aquí, allá y acullá, pero en la que nunca nos fue indiferente.

Queda atrás el Valencia, que ayer apretó lo suyo. Pero el Atlético se sostuvo bien, para cazar en el segundo tiempo el golazo de Adrián, uno de los artistas de la compañía. Será una bonita noche. Bielsa a un lado, Simeone al otro. Dos mariscales de estilo y modos distintos, pero que tienen en común la idea clara y la mano de hierro en guante de terciopelo. Para el Athletic será la primera de dos finales en este curso. ¡Qué curso! Para el Atlético será la segunda final europea en tres años. La cita es en Bucarest, el 9 de mayo. Hay que ir lejos, pero merece la pena. Son dos clubes con empaque y tronío. ¡Qué gran final!