Ya conocen la frasecita: 'El ataque gana partidos, la defensa gana campeonatos'. En mi opinión, ni lo uno, ni lo otro. Lo que de verdad gana títulos es el equilibrio, acompañado del hambre de victoria, la motivación. Porque el Barça puede tener la mejor defensa de Europa, pero no ganará a rivales de gran talla si tiene un día romo en ataque. El equipo azulgrana destaca por su disciplina táctica, pero desaprovecha potencial cuando plantea partidos a 60 ó 70 puntos. Convence más cuando Xavi Pascual deja soltura y velocidad a sus jugadores. Y así remontó esta vez.

El Madrid, por su parte, podrá tener el mejor ataque, pero sólo ha ganado al Barcelona cuando rindió al máximo en defensa, cuando fue tan agresivo atrás como delante. Ayer, en el Palau, también se captó la importancia de equilibrar juego interior y de perímetro. El magnífico arranque de Tomic permitió al Real dominar con cierta holgura hasta el descanso. Si el pívot croata abandonase su indolencia facilitaría mucho el trabajo de Pablo Laso, que ya obtiene buen fruto del resto de la plantilla.