Ayer hablé con el Flaco. Lo encontré como siempre. Pausado, tranquilo, tono de voz lineal y relativizando todo. Siempre me ha gustado charlar con él. Es de esos pocos jugadores que me he encontrado con los que sí vale la pena una buena cena. De esos en la actual plantilla pocos. Incluso me he llevado una inesperada decepción con alguno que pensaba que sí valía la pena y descubrí que no. Será porque se marea en las rotondas, de tanto darles vueltas con los nenes de 25 años en el asiento trasero. Al grano. " Esto es como cuando compras un juvenil con 17 años si sale bueno eres un fenómeno y si no. Te pasaste de listo; pero si apuestas fuerte y ganas, ganas más". Así se toma Pellegrino su fichaje. Me ilusiona el resultado, desde el punto de vista filosófico y de análisis, de esta apuesta en teoría poco prudente pero en la práctica razonada.

Cuenta con mi beneficio de la duda, a su favor, porque le conozco, pero hubiese estado más tranquilo si hubiese llegado después de un paso intermedio como Luis García en el Levante y Getafe o Djukic en el Hércules y Valladolid. No es lo mismo, ser de la cuadrilla del torero, que ser el torero. Cuenta con algo muy a su favor. Desde el minuto uno, Llorente cree en él. Por tanto va a poner de su parte para ayudarle y supongo que no le hará declaraciones dañinas después de los partidos. Y me preocupa la división que se puede producir cuando se le exija a Pellegrino lo que se le exigía a Unai.