Hace justo un año nos sobrecogía la noticia de la muerte de Xavi Tondo, atrapado entre las puertas de su coche y del garaje del apartamento de Sierra Nevada donde estaba concentrado. En el asiento derecho del automóvil estaba Beñat Intxausti, que nada pudo hacer por salvar a su compañero. La tragedia coincidió con una jornada de descanso del Giro de Italia, pero un día después Alberto Contador se impuso en la cronoescalada de Nevegal y le dedicó la victoria desde el podio. Justo un año después, Intxausti está corriendo el Giro con el nombre de Xavi Tondo grabado en su manillar. El vizcaíno, que ocupa la séptima plaza de la general, tiene el sueño de imitar en el podio aquella imagen de Contador: dedo índice al cielo... "Va por ti, Xavi". No es un deseo descabellado, porque la etapa de Cortina d'Ampezzo (la primera de las tres que decidirán el Giro en los Dolomitas) se adapta bien a sus características. Está claro que el equipo Movistar en general, e Intxausti en particular, van a vaciarse hoy para rendir el pertinente homenaje a Tondo. Aunque no lo tendrán nada fácil, porque en el profesionalismo no se regala nada, por muy justa o entrañable que sea la causa.

Al margen del triunfo de etapa, hoy arranca la cuenta atrás para Purito Rodríguez en su camino rosa a Milán: tres etapones de montaña y una crono final. Ayer no quiso quemar al Katusha en busca de los 20 segundos de bonificación, porque sabe que desde hoy va a necesitar a todos sus compañeros... Porque en los Dolomitas, el tiempo se cuenta de otra manera: se mide en minutos.