Así como el de Acciari es un fichaje samperiano, el de Nafti es, claramente, de Chuti. En su segundo verano en el Murcia, Molina vuelve a insistir en muchos a los que ya pretendió el año pasado. Chuti sabe que se la juega y por ello se quiere rodear de gente de su máxima confianza. En el caso de Nafti se asegura a uno de los mejores mediocentros defensivos de la categoría, a un tipo, me cuentan, caliente, que por el Chuti (y por la camiseta del Murcia) está dispuesto a todo. Es un fichaje que ilusiona; de hecho, nada más conocerse lo que aquí les avanzamos hace tiempo y lo de Matilla, se obró la ilusión. Falta hace.