'El Tiburón' Phelps y 'El Relámpago' Bolt serán estrellas en Londres

'El Tiburón' Phelps y 'El Relámpago' Bolt serán estrellas en Londres

Agua y tierra. El estadounidense Michael Phelps, conocido como el Tiburón de Baltimore, ha ganado catorce medallas de oro y dos de plata en los Juegos, entre Atenas 2004 y Pekín 2008. El jamaicano Usain Bolt, llamado El Relámpago, se llevó tres medallas del más exquisito de los metales en Pekín 2008. Los dos quieren reinar en Londres. Uno como pez sobre las aguas y el otro como pájaro sobre la pista.

Michael Phelps. Si brilla en la capital británica superará a la gimnasta soviética Larisa Latynina, ganadora de 18 medallas, ocho oros incluidos, entre los Juegos de Melbourne 1956 y Tokio 1964. Es la reina de la ascención a los podios. O los cielos.

Usain Bolt. Si el jamaicano vence en los 100 metros de Londres se convertirá en el segundo atleta que revalida su título en la prueba más rápida, tras el estadounidense Carl Lewis (Los Ángeles 1984 y Seúl 1988, aquí después de que Ben Johnson, canadiense de origen jamaicano, fuera descalificado por dopaje con anabolizantes). Convicto, primero, y confeso, después.

Pastor, aguador... El primer ídolo olímpico fue el ganador de la maratón en los Juegos de Atenas 1896, los que abrieron la Era Moderna. Spiridon Louis venció en la carrera entre las llanuras de Marathon y Atenas, rememorando la batalla de Marathon, donde los persas fueron rechazados por los atenienses en su invasión de Grecia. Las leyendas dicen que era aguador, pastor, mensajero, soldado... demasiados oficios para una sola persona. Una millonaria norteamericana había prometido casarse con el ganador de la carrera, pero al comprobar la triste figura del campeón (bajito, enjuto, bigotudo) se olvidó de la promesa y si te he visto no me acuerdo.

La madre voladora. La primera estrella olímpica fue la holandesa Fanny Blakers- Koen, conocida como la Madre Voladora, porque tenía dos hijos. En los Juegos de Londres 1948 venció en 100, 200, 80 mv y 4x100, y si el horario lo hubiera permitido, quizá también habría ganado en altura y en longitud. Las crónicas de sus éxitos las escribía su marido para un periódico holandés.

Más estrellas. Sin llegar a ser exhaustivos: en Helsinki 1952 el checo Emil Zatopek ganó en 5.000, 10.000 metros y maratón. En Múnich 1972 el estadounidense Mark Spitz se llevó siete medallas olímpicas, con bañador clásico y con bigote espeso. En Montreal 1976 la rumana Nadia Comaneci arrasó en gimnasia y reventó los marcadores, que no estaban preparados para registrar un 10. Y muchos, muchos más ídolos olímpicos.