Usain Bolt y los otros relámpagos

Usain Bolt y los otros relámpagos

El relevo 4x100 metros tiene dos trucos: alinear a cuatro velocistas rapidísimos y conseguir una buena técnica en el pase del testigo. Simple, ¿verdad? Pues no lo es tanto, porque a ver qué país es capaz de poner cuatro corredores sobre la pista con marcas en menos de diez segundos (aparte Jamaica y Estados Unidos) y conseguir que esos cuatro atletas dominen la técnica. Jamaica lo consiguió ayer, de forma espléndida. Resultado, un récord maravilloso: 36.84. Los cambios fueron buenos, con el receptor apurando la línea final de la zona de cambio, en profundidad, con el intercambio hecho sin frenazos. De Nesta Carter a Michael Frater, de Frater a Yohan Blake y de Blake a Usain Bolt. Este último trueque resultó algo confuso y aturrullado, pero no excesivamente.

La perfección no existe, ni siquiera en la Isla de la Velocidad, en la patria del reggae. Bolt y los otros relámpagos jamaicanos hicieron historia, rozaron esa perfección imposible. Deleitaron. Un paréntesis: Estados Unidos igualó el récord mundial anterior, y fue plata, lo que habla bien a las claras de en qué dimensión de la velocidad nos estamos moviendo, los nuevos territorios que se están explorando y conquistando. Volvemos a Jamaica y a Usain, que se va de Londres con tres medallas de oro, tras enamorar al público del Estadio Olímpico, en el que hoy terminan los Juegos, justo con esa demostración de velocidad y de técnica. Bolt pidió como recuerdo el testigo con el que batieron el récord. Un juez rigorista se lo denegó, pero luego alguien más sensible se lo regaló. Como si fuera una cuarta medalla.