Vender las piezas para un cerebro

Vender las piezas para un cerebro

A este nuevo proyecto rojiblanco le falta calidad en el centro del campo. No es extraño que ante la poco boyante economía atlética Gil Marín haya comenzado a jugar al ajedrez para intentar colocar piezas que le permitan aumentar el potencial de la plantilla. La salida de Godín tendría como objetivo un relevo que permita sacar el balón con criterio de la defensa. El sueño de Diego sería la mayor alegría de unos aficionados que saben que el brasileño fue el que marcó las diferencias el año pasado. El problema es que sigue pidiendo más de lo que se le puede pagar para no desestabilizar al vestuario. En la recta final del mercado de fichajes, el Atlético se mueve con la misma filosofía de este verano en España: antes de fichar hay que buscar buenos traspasos.

Es una pena, pero esa muletilla y verdad en el siglo pasado de que el Atlético era comprador y no vendedor, ha pasado a mejor vida. La apuesta por la cantera tiene que ser la pieza maestra para el futuro. Fernando Torres fue el primer producto rentable, luego le siguió De Gea y ahora viene apretando Óliver Torres. Tampoco los técnicos tienen que olvidar su labor de sondear el mercado de jóvenes promesas por todo el mundo y olvidarse de las estrellas, salvo si logras vender al Kun por un pastón y llegue a cambio Falcao. Esta filosofía se tendría que explicar a la masa social que todos los veranos sufre decepciones con las salidas. La crisis también ha llegado al fútbol y lo importante es ser más listo que los demás manejando la salida de nuevas figuras.