Anda el Benfica como loco por fichar a Eliseu. Jorge Jesús no para de apretar al jugador para convencerle e incluso envió a Rui Costa a negociar por él hacer un par de días. La oferta fue baja según el Málaga, que le obligó a volverse a Lisboa con las manos vacías. Los lusos no harían ascos a un trueque por Saviola. Si en algún momento el Málaga llegó a planteárselo, es de esperar que la exhibición que dio ayer Eliseu haya desterrado esa posibilidad. No cabe debate. Directamente habría que invitar a Jorge Jesús a cambiar de objetivo. El Málaga anda muy justo de efectivos y Eliseu juega de lateral, es rapidísimo, tiene desborde, buen disparo y hace estragos jugando como extremo en ambas bandas. Su salario, además, está bastante por debajo del de los mejor pagados de la plantilla. Todo ello, en estos nuevos tiempos de entreguerras, hacen del portugués una joya.

Como Toulalan, un portento capaz de mantener de pie al equipo cuando las fuerzas se esfuman. Aún quedan por delante días de cuchillos largos y noticias desagradables, pero Málaga jamás olvidará el partido de anoche. No recuerda un día de mayor felicidad. Hasta ayer, el paraíso del fútbol nunca había hecho parada en La Rosaleda. Hay que rematar la faena, pero se lleva un resultado precioso para la vuelta. Y si es por ilusión, nadie le quitará su sueño, su Champions, "la élite mundial", como le llama Pellegrini. La tiene ahí, casi en la mano. A tiro de 90 minutos. La gloria la guardan los Dioses en Atenas. Allí debe terminar de ganarse su ingreso en la historia.