¿Quién salva al fútbol argentino?

¿Quién salva al fútbol argentino?

Triangulaciones. Paraísos fiscales. Tiros en una ruta. Barras bravas de Boca heridos. Jugadores inhabilitados. Agentes sin escrúpulos. La Administración Federal de Ingresos Públicos que desnuda prácticas impúdicas. Dirigentes que nadan en las borrascosas aguas del sálvese quien pueda. Grondona. Más tiros. Más dislates... Son las últimas imágenes de una especie de naufragio en un fútbol distinguido por los Messi, los Bielsa, los Agüero y tanta historia impactante que hoy choca con una realidad que espanta.

El eterno granero del mundo ha mutado en un fútbol histérico, mal jugado y con un exitismo que dinamita cualquier proyecto serio (salvo excepciones, no existe). Manda el resultado de una manera extremista, peligrosa, visceral y angustiante. Por eso, no sorprende que River se haya ido a la B Nacional, tampoco que Independiente y San Lorenzo luchen por evitar algo semejante. Mucho menos que las plantillas varíen tanto de una temporada a otra. Se retiró la Bruja Verón y se vació Juan Román Riquelme. Regresaron Maxi Rodríguez y Gabriel Heinze, y sigue estando David Trezeguet. Dirige el Tata Martino. Hay una línea de conducta en Vélez. Son, en definitiva, gotas de agua en arenas desérticas de un pobre fútbol argentino.