Wembley es el estadio fetiche

Wembley es el estadio fetiche

Situémonos un año atrás. Imaginemos que Guardiola sigue en el banquillo del Barça, Vilanova está a su lado y Rosell, en su despacho. Se celebra el sorteo de la fase de grupos de la Champions League y los rivales son Spartak de Moscú, Celtic de Glasgow y Benfica. Los culés vibrarían viéndose en octavos sin despeinarse, a lo que Pep respondería de manera directa pidiendo prudencia, Tito escucharía a su superior y Sandro aguardaría buenos resultados soñando con la posibilidad de poder conquistar la quinta Copa de Europa para la entidad, la tercera en Wembley, el estadio fetiche del barcelonismo.

Vengamos a la actualidad y veamos cómo está el panorama. El Barça viene de perder la Supercopa y el equipo ha dado buenas muestras de juego, cierto, pero tiene fases en algunos partidos en las que no encuentra los automatismos necesarios y el culé comienza a sentir cierta desconfianza. En principio y siendo sensatos, el Barça debería conseguir el pase a octavos tras la disputa de la cuarta jornada en Glasgow (7 de noviembre). Para entonces habrá recibido en el Camp Nou a Emery y su Spartak (día 19 de septiembre) y Celtic (23 de octubre) y habrá viajado a Lisboa (2 de octubre), por lo que le sobrarían para ver con comodidad el partido en pleno invierno de Moscú (5 de diciembre) y hacer un Gamper ante el Benfica en casa. No pueden fallar. El proyecto de Tito pasa por llegar lejos y volver a Wembley, el estadio fetiche del culé.