España y los misterios del 'nueve'

España y los misterios del 'nueve'

'España y los misterios del nueve'. Ese podría haber sido el título de alguna novela de Agatha Christie, que tanto ha entretenido a tantas generaciones con intrigas menos complicadas que esta. Fuimos a la Eurocopa con tres 'nueves', jugamos sin 'nueve' pero un 'nueve', Torres, fue Pichichi. Ahora empieza el nuevo curso y, tras un amistoso con Torres de capitán y flamante miembro del Club de los Cien, Del Bosque desempolva para el partido 'de verdad', a Soldado, que no fue a la Eurocopa. Y éste, tras vagar como una sombra por un partido incomodísimo, atina con la rendija en el momento justo.

Los designios del Señor son inescrutables, nos enseñaban en el colegio. Me vale para la forma en que Del Bosque, que tan claro tiene el resto del equipo, maneja esa posición singular, que es de seis y no es de ninguno. A Soldado le estaba viendo yo ayer condenado a arrastrar por tiempo un fracaso después de vivir todo el partido embutido entre defensas, sin que sus compañeros le llegaran a encontrar. Pasaba el 85' y sólo había conseguido un remate, que le paró bien Loria. Hasta que Pedro vio a Cesc y Cesc le vio a él, que se despegó del defensa el metro justo para recibir y rematar.

Pedro y Cesc, dos que no estaban en la alineación inicial. Esa es otra: los cambios. Los que entran de segunda hornada siempre acaban resolviendo los partidos, lo vemos una y otra vez. Así que no sé por qué pasamos tanto miedo ayer, por qué tantas dudas de fe. Del Bosque, y lo digo sin ironía, provee por nosotros porque tiene una brújula que los demás desconocemos con la que encuentra el camino. Por eso ganó España un partido más, un partido espeso e incómodo, resuelto por el 'nueve' que se quedó sin Eurocopa. Y pudimos ponernos cómodos a esperar el resultado de Francia.