El banquillo también gana títulos

El banquillo también gana títulos

Andaba Diego Pablo Simeone preocupado hace unas semanas porque todos los miembros de su plantilla estaban entrenándose a tope y sólo podía poner a once. No quería el Cholo que la implicación, la intensidad, el entusiasmo y la generosidad de los que se quedan en el banquillo bajara en los entrenamientos al ver que su trabajo no tenía el premio de jugar. Por eso, hace semanas, diseñó el partido de Tel Aviv convencido de que los que se merecían también jugar iban a sacar con nota el debut del campeón en la Europa League. Y así fue. Asenjo, Sílvio, Cata Díaz, Cisma, Emre, Raúl García, Cebolla Rodríguez y Diego Costa aprovecharon la oportunidad y demostraron la profundidad de plantilla y la amplitud de banquillo del Atlético junto a los más habituales Miranda, Mario Suárez y Adrián. Además, tuvo minutos el canterano Saúl (Manquillo y Pedro los tendrán). El único pero fue que Pulido no jugó ni un minuto. No se fue en julio porque el Cholo le dijo al club que no saliese y al cierre del mercado ya fue tarde para irse. Pero si Pulido no baja la guardia también tendrá su oportunidad.

Los entrenadores se obsesionan por ser justos con su grupo. Y Simeone, con su dilatada experiencia ganadora como futbolista y su incipiente y exitosa carrera como entrenador, sabe que el banquillo también gana títulos, que una de las claves para ganar es mantener la ilusión de los que juegan menos. Ante el Hapoel, el Atlético demostró que cuenta con un plantel competitivo, con una plantilla compensada con dos jugadores por puesto. Para ganar es igual de importante contar con un once que el aficionado se sepa de memoria, algo cada vez más difícil y menos habitual en el fútbol moderno, como manejar las rotaciones que con tanto éxito utilizó Rafa Benítez ya en su etapa en el Valencia, siendo uno de los pioneros en manejar y alternar los recursos de su plantilla. Luego ha habido otros entrenadores que se han pasado con las rotaciones. Simeone va por delante y lo manejara bien. Seguro. Hasta la victoria siempre.