Don Juan Carlos Valerón cumplirá en el Santiago Bernabéu 300 partidazos de Liga con el Depor. Su calidad se merecía un envoltorio de lujo, y el templo blanco lo es. Allí hizo historia con el Centenariazo, allí cruzo genialidades con Zidane y allí marcó su último gol en Primera. Todo lo demás sobre el Bernabéu, está en los libros de historia. Seguro que el recibimiento al Mago de Arguineguín estará a la altura, pero la cuestión es saber si será titular. El Flaco se perdió el partido de Granada y la primera derrota ante el Sevilla ha abierto el debate de si este Depor tiene mimbres para competir con ese desparpajo ante los pesos pesados, ante los Navas, Cristiano o Messi.

Valerón lo tiene claro: sí. Normal, porque genios como él no entienden de fútbol subterráneo, ni de resultadismos. Claro que quizá jugar a la vez con él, Pizzi y Juan Domínguez sea otorgar demasiados espacios cuando el rival pertenece a la otra Liga. Oltra devolvió al Depor a la senda de la alegría con su estilo, con Valerón, con fútbol. Su misión ahora es conservar la nave en Primera. El cómo y con quién es cosa suya. Su tarjeta de crédito todavía está en verde, y con mucho saldo.