El gol es una tarea colectiva

El gol es una tarea colectiva

La debatida soledad de Hélder Postiga en el Real Zaragoza no viene determinada principalmente porque Manolo Jiménez sólo haya recurrido a jugar con dos puntas en las situaciones desesperadas, sino porque el equipo carece en las bandas y el mediocentro de jugadores de aparición, de sorpresa, de tiempistas que aprovechen la movilidad -los movimientos de arrastre o de desmarque- del delantero centro para llegar al remate dentro del área. En esa suerte eran excelentes Planas, Poyet y Gay, centrocampistas ofensivos que brillaban con y sin el balón, y que le dieron al Zaragoza muchísimos goles. Quizá Babovic, por lo visto hasta ahora, es quien más busca de forma natural esa irrupción por sorpresa en las posiciones de remate, aunque no va a ser fácil que se asiente en el once titular.

El gol es la obligación principal de un '9', aunque en la tradición del Zaragoza los delanteros centros han sido prácticamente tan grandes futbolistas como eficaces. Y por eso han llamado mucho más la atención, porque no pasaban desapercibidos en los partidos aunque no cantaran un gol. Hélder Postiga no llega a la jerarquía de los grandes arietes del Zaragoza, pero es un buen rematador. Ha demostrado que las enchufa cuando se las dan con cierta ventaja, y sólo necesita compartir su responsabilidad con futbolistas que piensen en el gol. Por eso fueron tan importantes los cinco tantos de Apoño de la temporada pasada. La mejora de Montañés, de Víctor Rodríguez o de Romaric pasa en gran medida porque empiecen a aparecer donde es más fácil meter un gol: en el área rival.