Cuando el once es lo de menos

Cuando el once es lo de menos

El Atlético se ganó antes el respeto de Europa que de España, donde es ahora, y con cautela, cuando se le empieza a tener en cuenta (no todavía en los videojuegos: aunque Del Bosque ya ha cedido, el FIFA 2013 mantiene el veto de los rojiblancos en la Selección española). Es en los desafíos continentales donde los madrileños se han hecho un nombre. Son cuatro títulos en poco más de dos años, 14 victorias consecutivas, un récord. Y a ese escenario regresan mañana los del Cholo con cara de favoritos e intimidando.

El Atlético vuelve a parecer grande. Lo que siempre fue, aunque le cueste asumirlo a los recién llegados y transmitirlo a los que gobiernan. El lapsus de Juanfran, contestar que el Atlético ha ganado cinco Ligas y no nueve, además de airear que muchos tocan de oído, delata el estado de cultura de club y el poco cuidado que se hace ahí dentro de la propia historia. A cambio, el Calderón tiene a Simeone, que sí ha conseguido implantar en el vestuario la ambición, implicación y exigencia diaria que corresponde a ese escudo y que ahora se disfruta. Entre las consecuencias más apreciadas de su trabajo es que da igual quien juegue, el nivel se mantiene. Todos parecen buenos. Que la alineación no importe, ni se mire, es hoy la mayor conquista.