Con lo que el Clásico no puede: los derbis de puerta a puerta

Con lo que el Clásico no puede: los derbis de puerta a puerta

'Sorpasso' granota. El Clásico arrasa, pero no arranca raíces. El levantinismo de base tiene dos felicísimas semanas de parón. Su triunfo ante el Valencia, además, dejó poso. JIM alineó una defensa íntegramente de la tierra. Además de Ballesteros, icono granota, jugaron David Navarro, Pedro López y Juanfran. Los tres pasaron algún día por el Valencia, que sólo alineó dos de la casa: Guaita y Soldado. El viejo Orriols, barrio golpeado por la crisis en el que habita desde hace más de 40 años el Levante, mira orgulloso los carteles de los patrocinadores que adornan el paisaje urbano y presumen de club: "L'equip dels valencians".

En capilla. Heliópolis se levantó con un latiguillo el domingo: "Papá por encima de mamá". Así se traduce en Sevilla la clasificación cada semana. Son tan suyos y opuestos Betis y Sevilla que uno fichó a Mel y otro a Míchel, enemigos íntimos que, sin embargo, conviven con exquisita corrección hasta ahora. Mel continúa con la heroica aventura que empezó hace tres temporadas y Míchel intenta edificar sobre el derruido Sevilla de los títulos. De momento, empatan hasta en internacionales (Negredo está vez quedó en la reserva): Nervión ama a Jesús Navas y el Villamarín, a Beñat, que sigue sin renovar... La X técnica caduca el 18 de noviembre. Queda un mes, pero el derbi ya se juega puerta a puerta de Triana a Alcosa.

En 'galego'. El que ya está aquí es el derbi gallego. Deportivo y Celta sólo tienen que esperar los trompazos de Barcelona y Real Madrid, sus respectivos próximos rivales, antes de juntar sus caminos el 28 de octubre. En el Depor aún reconocemos la huella de Valerón, que se resiste a ser vencido por el tiempo. Vigo también tiene ídolo. Iago Aspas, celtista hasta las trancas (desde 1995 en el club), empezó a hacerse ídolo antes que jugador. En 2009, con el club jugándose la supervivencia, marcó dos goles al Alavés que evitaron la Segunda B.

Distinto. Balaídos todavía se sobrecoge cuando se le cruzan los cables a Aspas. El curso pasado metió la pata con unas declaraciones 'anti-Depor' y, como desagravio, se le ocurrió llevar al vestuario marisco para parar un barco. No ha olvidado sus orígenes, sale con sus hermanos y su pandilla de siempre y renovó hace un mes. Tiene 10 millones de cláusula y fíjense: la mirada de un ganador.