Dos franceses y un armenio en un campo. ¿Chiste? No, Champions

Dos franceses y un armenio en un campo. ¿Chiste? No, Champions

For Free. Gratis. Ni un duro pagó la Juve por Paul Pogba, centrocampista francés. "No es malo el chico" presumió Mino Raiola en una llamada a Marotta, director deportivo bianconero, tras el partidazo ante el Bolonia. El controvertido representante de Ibra le llevó a Turín. Otra llamada, la de Conte, le convenció con la única promesa de jugar, es lo único que le obsesiona. La misma que incumplió una y otra vez Ferguson. Cuando rechazó la renovación con el United le dio minutos. Era tarde. Ahora campa con descaro al lado de otro regalo, éste del Milán: Pirlo. No es un destructor, disfruta llegando al área. El seleccionador francés agradece que crezca en el que fue su equipo. Otra llamada próxima, la de Deschamps, para convocarle por primera vez con la absoluta.

Orgullo nacional. ¿Conocen a algún armenio? Yo a Karen, trabaja en una empresa de reformas y emigró con su padre. La lucha libre es su deporte nacional. Pero lo cambió por el fútbol. Ahora miran desde España con orgullo los partidos del Shakhtar Donetsk. Héroe nacional, Mkhitaryan ha marcado 16 goles en 19 partidos. De nombre impronunciable, digan Heno, abreviatura de Henrikh. La esperanza de más de tres millones de personas de estar en el Mundial también emigró, a Ucrania. Lucescu, tipo listo, técnico del Shakhtar, le fichó y le adelantó la posición en cuanto el brasileño Jadson volvió a Brasil. Como enganche entre Teixeira y Willian marca la diferencia. Y al marcar en el Donbass Arena suena la música del mejor compositor armenio, Khachatryans, si les digo que compuso la banda sonora de Odisea en el espacio, seguro que les suena más.

Insustituibles. Cuando un jugador sube al primer equipo, se confía en él. Si su contrato aún en vigor se amplía a 2016, quiere continuidad. En caso de que destaque en una posición con escasez de oferta como el lateral zurdo, se cotiza. Si no puede jugar y se habla de él, es insustituible. Y no se trata del Madrid, Mou y Marcelo, sino de Lucas Digne, del Lille. Fichado de un quinta división era jardinero, aunque soñaba con ser astronauta y su talento le hizo futbolista profesional a los 16. Profesional es. Ya puede disputarse la final de Champions, que se acuesta a las 21: 30. Veremos, Rudi García, a quién hace sufrir las llegadas de Müller en Múnich. El campeón francés está al borde de la eliminación. Y Digne no saldrá por la banda con el balón controlado, zancada de atleta de 100 metros lisos, técnica y buen centro.