Ciudadanos al servicio de la marca

Ciudadanos al servicio de la marca

Vivimos una época en la que la categoría de ciudadano ha quedado extinguida. Ahora, somos simples agentes comerciales de una marca. Ya no vivimos en España, defendemos la Marca España. Catalunya también quiere tener su marca... y los clubs de fútbol, y los fabricantes de teléfonos móviles y de ordenadores. También la quieren los que hacen ropa deportiva y los de las bebidas energéticas no se quedan atrás. Todos piden fidelidad como si su divisa fuera el Pendón de Santa Eulàlia o el Brazo Incorrupto de Santa Teresa. A un ciudadano de a pie acaban pidiéndole que defienda tantas marcas, que más pronto que tarde acabará por hartarse. Deseará que le devuelvan su condición de ciudadano y que le liberen de un servicio feudal que le condena al ridículo más espantoso.

En nombre de la Marca Catalunya, la Federació Catalana de Futbol presentó ayer unas camisetas que son un golpe bajo al movimiento soberanista. Está claro que mi opinión sobre moda es prescindible y que definitivamente quedó fuera de concurso desde el primer día en que los jugadores se calzaron botas rosas. Ese día entendí que caminábamos hacia el abismo.