Ya es Navidad. Ayer encendieron el lucerío en las calles comerciales de mi ciudad. Síntoma inequívoco de que se acerca una época espantosa. La llaman Navidad. Esta si cabe, será más aciaga que las anteriores. Resulta que el Papa de Roma ha publicado un libro en el que dice, y este señor no se equivoca jamás, que en el Portal de Belén no había ni mula ni buey. Toma golpe bajo. No obstante, a falta de rumiantes que den calor al Niño Dios tenemos a los futbolistas, que en estas fechas tan señaladas están de oferta.
Videojuegos y cachivaches.Coincidiendo con el inicio de la campaña comercial de Navidad, Leo Messi presentaba ayer en Barcelona un videojuego. La empresa que paga un pastón por poner la cara del argentino en la carátula se ahorra por otro lado la tela de la promoción. El anuncio les sale gratis en la mayoría de medios. Leo da una rueda de prensa ante un plafón con la marca del chisme y algunos elegidos a dedo pueden tener una entrevista de siete minutos de cronómetro con el astro. Eso, sí, deben preguntar sobre los marcianitos. Si se portan bien, volverán a invitarles el año que viene.
También tenemos coches. No están las cosas en este barrio como para comprar muchos autos, pero la ostentación de los ricos anima el consumo. Total, si según dice De Guindos, llevamos lustros viviendo por encima de nuestras posibilidades, ¿nos va a venir de un mes? Tanto es así que en quince días hemos asistido a la vergonzosa entrega de los coches (alemanes además) a los jugadores de Barça y Madrid. Cada vez son menos los medios que dan bola a esta tómbola para ricos, pero sorprende que aún funcione.
Y el Balón de Oro. Navidad es sinónimo de campaña electoral para la Balón de Oro. En noviembre, los candidatos a la gloria en Zúrich se dejan querer. Evidentemente, eligen tribuna. Nada de diarios locales. Eso es una vulgaridad. Hablan para CNN, France Football, The Guardian, Le Monde..., los mismos medios a los que acuden cuando quieren mejorar contrato, vamos.
C. M. en busca. Siglas que responden a Community Manager. Varane culpó a su CM de llamar catalanes a los del Athletic en Twitter en un error que desvela que las cuentas de los jugadores son tan fiables como las figuras del buey y la mula del obsoleto pesebre.
