Una noche que nunca olvidaré

Una noche que nunca olvidaré

Fue un momento emotivo el vivido en la noche del pasado miércoles cuando volvimos de San Petesburgo. Fue todo improvisado, sin pensarlo y movido por la alegría de la conquista del primer puesto del grupo de la Liga de Campeones por el Málaga. En el avión de regreso se montó una fiesta musical con aficionados, medios de comunicación, algún jugador que se acercó como el gran Eliseu y el educado y carismático Martín Demichelis, y el grupo de artistas, Pili Esteban al cante (El Pimpi); Olga Magaña, bailando (Ateneo), y Rubén Portillo a la guitarra, que pusieron la nota de color y dieron el toque mágico que esa noche necesitaba. Sabina, Lola Flores, flamenco, el himno del Málaga, sonaron en la voz de la Pili, acompañada por periodistas, se salió mi compañero Félix Godoy, y seguidores como el empresario Juan Rambla, que no fallaba en ninguna letra, Esteban o uno de los ayudantes de cabina, que se atrevió con una canción en ruso.

Alrededor de una hora y media duró el festival aéreo, que nunca se olvidará. Estas cosas piensas que sólo te pasan una vez en la vida. ¡Con lo que hemos sufrido! Y ahora el Málaga es protagonista. Disfrutamos, nos emocionamos y soñamos con más noches como ésta. La fiesta continuó en la zona vip de los jugadores, técnicos y directivos con la Pili, Olga y Rubén. Hicieron las delicias de todos. De verdad que merece la pena ver y escuchar a estos tres pedazos de artistas. Nos hicieron felices por unas horas. El Málaga es un sentimiento. Volveré.